Autoritarismo y freno a la libertad: Educación concertada limitada

El vaivén, desorientación y perplejidad de la situación política actual es evidente y no se limita al error de sustituir al vencedor por el vencido olvidándose de la mayoría de un país que pide el respeto a la base de toda democracia y convivencia política y primer derecho de la persona LIBERTAD INDIVIDUAL, libertad de transmitir unos valores y una educación que están ausentes en escuelas laicas y estatales.

La educación concertada es primordialmente necesaria y se corre el riesgo que no haya el número suficiente de plazas y que muchos escolares sufran la imposibilidad de continuar en sus centros que estaban dentro de los deseos y condiciones de muchas familias, pocas pueden permitirse el lujo de costearse un colegio estrictamente privado. Nuevas aulas para un mayor y mejor conocimiento de sus alumnos quedarán en un simple deseo o una quimera irrealizable.

La figura de los colegios concertados, es decir, centros de naturaleza privada pero subvencionados por la Administración y con libertad en su gestión son insustituibles y comprobada su eficacia en calidad de la enseñanza con una mayor interacción profesor y alumno, disponibilidad de recursos, y valores transmitidos en una concepción vital y de la sociedad . Por lo tanto exige el máximo respeto, ayuda y protección.

Las limitaciones sólo tienen un único significado, autoritarismo y freno a unas creencias transmitidas de padres a hijos, de nuestros mayores, lo que representa un valor añadido. Jamás hemos visto hasta la actualidad una minoría imponiendo a una mayoría, un aniquilamiento de culturas y tradiciones del pasado y por lo tanto inamovibles porque la historia solo la cambian mentes enfermas que distorsionan la realidad y desgraciadamente por ese camino vamos, y lo que es peor las consecuencias, la destrucción de la Educación y consecuentemente incultura, desequilibrios psíquicos, agresividad, manipulación de la historia, y de los ideales, esquemas y aspiraciones de muchos españoles, pero todavía nos queda un arma, la lucha y la defensa de lo nuestro y eso nadie puede derribarlo.

María Pilar Enjamino, Psicólogo